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El proceso de organización de la sociedad latinoamericana ha estado signado por un trasplante de las formas institucionales desarrolladas en Europa. Este proceso ha estado signado más por los anhelos e inclinaciones de algunos sectores que por el producto de un sostenido esfuerzo por construir instituciones y organizaciones que respondan a las demandas de los ciudadanos en cada sociedad en particular.

En el caso venezolano, esta situación es particularmente notoria ante un aparato institucional encargado de velar por lo público que fue configurado y creció a la sombra de una concepción rentística de la economía que se extendió al ámbito político, social y cultural. Esta extensión significó que el aparato institucional sirviera para asegurar el acceso a la renta petrolera de los sectores con mayor capacidad de influencia y poder, mientras se anunciaba la construcción y consolidación de una sociedad guiada por los principios de un Estado moderno.

 

Esta condición de formas institucionales, que enmascaran otros fines con la pretendida institucionalización de demandas sociales o necesidades identificadas por la sociedad misma, ha generado situaciones en las cuales las teorías y enfoques de estudio de las organizaciones y fenómenos sociales, desarrollados con la pretensión de formular diagnósticos y soluciones para ajustar los medios a los fines, sean insuficientes para comprender el sentido que tienen las instituciones en espacios donde la distancia entre lo que realmente se demanda de la institución y lo que aquella está culturalmente "obligada" a cumplir es muy grande.

Ante la ausencia de una institucionalización guiada por las demandas sociales y articulada en aras de un proyecto de sociedad que esté sembrado en el imaginario colectivo de la sociedad, se hace entonces necesario desarrollar las formas de comprender a las instituciones no sólo desde el plano del discurso formal e institucional que las crea y justifica, sino además, el desarrollo de las formas de comprensión de un fenómeno socio-institucional que revela una disociación entre el quehacer institucional y el discurso que lo justifica.

La aproximación a la disociación institucional implica el despliegue de formas de interrogar y de concebir a las instituciones desde variadas formas discursivas, fines y contextos de sentido que amplíen la base de comprensión de la institución.

El postgrado está orientado a la comprensión de las formas de institucionalización pública a partir de una plataforma inquisitiva sistémico interpretativa que permita dar cuenta de la situación de disociación institucional y contribuir con la discusión doctrinaria necesaria para superarla.

 

 

 

Adicionalmente, en el seno del CSI se llevan a cabo taraeas de enseñanza de corte menos formal, como parte de su labor de extensión.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Diseño Gráfico: Lenin Quintero Texto: Roldan Tomasz Suárez